miércoles, 31 de diciembre de 2014

OJALÁ


Hombres sean libres e iguales,
no exista jamás discordia,
permanezca la concordia
entre hombres y animales.

Que reinen los buenos tratos
en la mujer de cada uno,
que no muestre diario alguno
terroríficos relatos.

Forme parte del pasado
abusar de un inocente,
admirarse mutuamente
tesoro de mayor grado.

Que no caduque el respeto
ni las buenas intenciones;
perezcan ejecuciones,
eviten actos violentos.

La serpiente no envenene,
el hacha corte la leña,
ni armas grandes ni pequeñas,
no más tiros en las sienes.

Que los armados conflictos
no tomen parte en la historia,
se pierdan en la memoria
y todos salgan invictos.

Que en los cascos planten flores,
que el racismo se destruya,
que en las venas sangre fluya
con multitud de colores.

Que inmigrantes sean legales,
que la Ley de Extranjería
abdique por mayoría,
mueran prejuicios raciales.

Contra el mal colaboremos,
que la ayuda humanitaria
sea una ayuda diaria
y no haya casos extremos.

Que ser solidario sea
profesión más demandada;
riquezas no valgan nada,
que almas se nutran de ideas.

No nos venza la avaricia,
que el mundo materialista
se haga mundo esencialista,
se base en sueños, sonrisas.

Que el amor sea la ciencia,
la vida el conocimiento,
a la luz de sus cimientos
ilusión torne a vivencia.

Que el cielo siempre esté abierto
al vuelo de una paloma,
que de paz sea su aroma,
que este deseo sea cierto.

 Sergio Pardo

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