domingo, 30 de noviembre de 2014

ENVÉS DE LAS 8:40pm


Desde la mar callada
con las horas
de tanta vastedad costarricense,
noche y luz preclara,
piel de sombras
en tropel adentro en denso piélago.

Todo el golpe de la noche
como un pirata temido,
en tabla y en pedazos,
navega y naufraga,
latitud y esqueleto,
refugio interno,
profundidad temida
y el misterio nadando a brazo
donde flota el sur poblado
de días,
de peces,
de escamas.
Nos azoga la orilla, sentadas espumas,
sangre de siglos mojados de desventura.

Dedos sin manos estrecha el tiempo en el desván,
ansias como un velero, sin capitán.

Todo parece quieto, de rodillas,
simas y montañas,
ceniza de olas de aire,
versos enjuagados
con la ciega sal
de la brisa de las 8:40pm.

Es la vida aquí, gastándose
entre moluscos y penas.
Tantos mundos seculares
y en superficie,
tantos secretos embotellados
mar adentro,
alimentándose de algas
y de tiempo transcurrido.
Mar espiga, mar graznida,
fuga y furia del olvido desbloqueado.
La luna navegando como mula de alabastro.
Viajeros rumbos a vista de atmósfera se van.

Solo queda una ciencia tibia que dejaron los atardeceres como una eternidad temprana aquí.

Belen Aguilar Salas -Costa Rica-

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