viernes, 31 de octubre de 2014

SIN BRILLO


Destino como el negro carbón
creyó que sería diamante,
mas antes lo quemaría el dolor
por ser el otro, por ser amante.

Crédulo, por un instante
soñó en poseer su amor,
nunca tuvo alma, solo carne
a oscuras algunos vacíos llenó.

Navegó en las oquedades
en jadeos turbios flotó,
y en la deriva de sus saudades
en su propio llanto se ahogó.

Yacen en el fondo de esos mares
aquellas ilusiones que forjó
lustra recuerdos, no diamantes
silentes y oscuros como el carbón.

Ramón Pablo Ayala (Argentina)

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