domingo, 31 de agosto de 2014

Y ERA SÁBADO.


Qué hermosas son las centáurides, aunque tengan cuerpo de yeguas; porque algunas crecen de yeguas blancas, otras de yeguas castañas, y el pelaje de otras es manchado, pero todas brillan como las yeguas bien cuidadas. También hay centáurides blancas que crecen de yeguas negras y la oposición de colores produce una criatura unida de gran belleza.
Filóstrato, El Viejo

Era sábado.
Los instintos se ocultaban en la bruma.
La cordura era un caballo negro, desnudo.
Blanca luna de plata.
Grabamos, en un pacto rupestre.
A fuego lento, enardecidos.
A fragua y yunque.
Extrañísimos. Secretísimos signos.
Astrágalos.
Si alguna vez emigro de tu cuerpo.
-Recuerdo que dijiste-
Búscame aquí. Te estaré esperando.

Y ahora ha emigrado el corcel y el hombre.
Mi perfil te busca
Tengo las zarpas rotas. Hay verbenas salvajes.
Entre ellas, casi dormida, una mansa yegua.
Y era sábado.

AMELIA ARELLANO -Argentina-
Publicado en Antología de escritoras argentinas

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