lunes, 30 de diciembre de 2013

EL BAÚL SECRETO


Lucía nunca quiso enseñar a sus padres lo que guardaba en su baúl porque pensó que quizá se asustarían. Se lo habían regala-do cuando cumplió cinco años y era su tesoro más preciado. Pero una mañana, cuando Lucía bajo a la cocina para desayunar, encontró a su padre muy triste y a su madre apenada. Lucía pensó que se les pasaría pero por la noche seguían igual y, para colmo, no le decían lo que pasaba. Estaba desesperada, quería ayudar a sus padres, así que decidió hacerlo, tomaría medidas drásticas. A la mañana siguiente Lucía fue a la cocina, cogió a sus padres de la mano, los llevó a su habitación y les abrió el baúl, nerviosa, aun-que esperanzada. Sus padres al ver lo que había dentro, casi se caen al suelo de la impresión: pero no de miedo, estaban maravilla-dos... Lucía llevaba dos años guardando sus mejores sueños al despertar y, así, había atesorado mil hadas de colores, varios duendecillos de cristal, barcos de estrellas, palomas de plumas do-radas, sirenas con cabellos de plata, gigantes enanos y enanos gigantes. Sus padres por fin sonrieron. Sólo se arrepentía de una cosa: de no haber compartido antes su secreto.

NOEMÍ BENITO SÁNCHEZ-MONGE
Publicado en Hiperbreves para niñas y niños Los Cuadernos de las Gaviotas

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