domingo, 29 de diciembre de 2013

EL ARPA


En el amplio salón
aún adornado de luces
quedó el arpa olvidada
que sonaba melodiosa
en aquellas inolvidables
tertulias.

Aún se escuchan
los murmullos
de las mujeres que
tomando un licor
reían toda juntas.

Y los hombres
con sus bocanadas de humo
fumando sus preciados puros
y su copa de cognac
en la mano, hablaban
de política.

Pero todo se detenía
cuando sentada en tu banca
arrancabas de las cuerdas
las tristes melodías del arpa.

Tus manos mágicas
y tus dedos de ángel
consternaban a los presentes
quienes azorados
te escuchaban.

Y bajo aplausos y ovaciones
tú con tu porte saludabas
con una simple reverencia
y llena de orgullo te retirabas
sin ni siquiera voltearte.

Hoy están mudas sus cuerdas
en ese salón de reuniones
donde las doncellas soñaban
con tu música divina
que las embelesaba.

Hasta los cuadros en quietud
esperan en vano tu presencia
porque un día tu te marchaste
y nunca más las notas
salieron del arpa.
Quedándose triste y solitaria
sobre la alfombra rosa y dorada.

Diana Chedel -Argentina-

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