martes, 30 de abril de 2013

LAS HERIDAS


Tengo una herida incurable que me ha
causado la vida, es una triste batalla que
me concedió la vida, está herida maldita
que me dejó de amar y curar.

La amaba inmensamente, pero ella fue
perjura y llena de amargura y pena que
ahogo mi ilusión, por eso vivo amargado,
dando golpes por la vida y sin suerte
espero la muerte.

Para mi alma es angustia  y este
pequeño corazón, que en mi rostro llevo
con orgullo el recuerdo que fue muy tuyo
y que lo llevo por mi mal realizado, me lo
hicieron por defender tu nombre con la
vida del rival.

Heridas y más heridas del tormento
pasado por la suerte que me brindaste y
defendiéndote luche, herida de mi vida
que tienen su encanto pero yo las quiero
tanto que jamás te olvidare.

Juan Alonso Nebreda

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