lunes, 29 de abril de 2013

BESOS DE BALAS


Abren las recias puertas
que dan a la calle ancha.
Con el revólver miré el espejo,
entretanto se la llevaban.

El silencio mordía los ruidos.
A través de la ventana
la caja se veía muy blanca.
Cristalina era su tapa.

Iluminada se veía su cara.
Los adoquines vertían lágrimas
tras cada paso que le acompañaba.

La coroné con balas de besos.
Locamente la vi cristal a cristal,
mientras mis manos esposaban.

Ana M. Lorenzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario