domingo, 24 de febrero de 2013

ES PRECISO EL SILENCIO


No importa si detrás de las puntillas, detrás de los presagios persistentes, detrás de esta memoria de los bronces evocando el anuncio de otro cielo
se aproxima la noche a los cristales.
Sólo extiende tu mano, amado mío, sobre el cruel torbellino de nostalgia
que me pide un mendrugo de elegía, una endecha de luna, algún responso,
vagos ecos de sombra palpitante.
Hoy anduve la vida, inerme, ciega,
mientras jirones de odios tormentosos tatuaban sus guarismos en mi espalda.
Anduve con el alma dolorida naufragando sin pausas por las calles.
Vi el desprecio tenaz, negros olvidos, aristas de maldad parapetada
y párpados saciados de cerrojos y el andar sigiloso de las fiebres y la injusticia y la impiedad y el hambre
- ese esqueleto duro, amortajado, que no respeta tiempos,
que no mide el ardor perentorio de su injuria cuando violenta infancias prostituidas bajo un precario abrigo de portales -.
Hoy anduve la vida sin coraza.
Me hizo falta tu brazo, compañero,
me hizo falta el consuelo de saberte, el vigor solidario de tus sueños, el rotundo pulsar de tu coraje.
Ven aquí, no te vayas, no me dejes
pero nunca reclames el olvido ni exilios a discretas barricadas,
no impidas que las lágrimas rebeldes avasallen mis secas soledades.
Es preciso el silencio y tu mirada y tu gesto y tu voz y tus caricias...
aunque no alcance al fin, aunque no puedan
impedir que cercenen, a mansalva,
la ultrajada inocencia de los ángeles.

Del libro A espaldas del silencio de NORMA SEGADES-MANÍAS
Publicado en la Editorial Alebrijes

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