martes, 26 de febrero de 2013

BÚSCAME


No sé por qué lo hizo, agente. Puedo decirle que tuvo que empezar hace un año. Le regalamos en su cumpleaños un ordenador de última generación.
A él, que siempre los había detestado, y que rehuía toda tecnología que rompiese su mundo pautado y estricto. Nos miró entonces extrañado, con una sonrisa burlona en su rostro, y dijo “¿creéis que utilizaré ese chisme?”, pero tomó el regalo, porque nunca pretendió despreciar a nadie. Todo eso que me cuenta, señor agente, me parece inconcebible, y menos en una persona como él, amante de la autoridad y de las normas. Tuvo que ser el mal uso del ordenador, que lo ató con sus clics a páginas innombrables, inmorales y cargadas de mentiras. Me dice que lo buscan, que forma parte de no se sabe qué organización o grupo subversivo. Ignoro eso que me cuenta, agente. Sólo puedo informarle que en los últimos meses él estaba obsesionado con una palabra que sólo de pronunciarla sé que puedo cometer un posible delito. Pero cumplo con mi deber para con la sociedad y ustedes. Él me confesó, en uno de sus ataques lunáticos, hace pocas semanas, que buscaba eso que llaman “LIBERTAD”. Lo sé, agente, lo sé: yo también pienso que está loco.  

Francisco José Segovia Ramos (Granada)
Publicado en priegodigital

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