miércoles, 29 de agosto de 2012

GUERRAS MENTALES


Sebastián siempre había sido un niño prodigio, así lo consideraron sus padres y maestros. A los tres años con su oído absoluto ejecutaba piezas para violín y oboe. A los cinco años componía partituras y dio su primer concierto. Pero había algo más en el espíritu de Sebastián… Era un ser metafísico, de una extraordinaria cualidad para materializar sus pensamientos. En su adolescencia componía melancólicas y dulces melodías, que lo abstraían hacia un extraño vórtice. Allí materializó a una joven de aspecto lánguido y gótico, enamorado de su musa, logró corporizarla hasta hacerla tan visible que sus padres rechazaron esa cualidad innata de Sebastián. Pronto comenzaron las guerras mentales, Sebastián como el mito griego de Pigmalión enamorado de su obra, se refugió en su ordenador, donde componía y archivaba sus obras musicales. Transitando por la Galaxia de Gütenberg y atravesando la Aldea Global de Mac Luhan, predicen que las Guerras Futuras, serán Mentales y Cibernéticas. Pronto a cumplir la hipótesis de ese paradigma, Sebastián cuidadosamente cobijó a su amada, desmaterializándola para recomponerla en un sofisticado programa del ordenador. Pero la impotencia por desarrollar naturalmente su preciado don e incomprendido por sus padres, desató con la exacerbada longitud de sus pensamientos, en los sistemas de interface neural, una guerra mental masiva. Ya no sucedía solo en la pantalla de su ordenador, comenzaron a colapsar mundialmente los sistemas de seguridad y los secretos del ciberespacio más indescifrables. Sebastián atrajo y materializó con su ira, a dos seres alienigenas, los cuales como hackers telepáticos con su persuasión sutil, dominarían hipnóticamente a las masas, desde las redes de la vulnerada tela de araña, “World Wide Web”.

Graciela Marta Alfonso (Argentina)
Publicado en la revista digital Minatura 120

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