sábado, 30 de junio de 2012

NO HAY MÁS CIEGO


No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no escucha, ni más loco que el que se niega a razonar. Niños muertos sobre una mesa deben hacer reflexionar y no provocar airadas respuestas de adolescente consentido. El terror no conoce fronteras, ni banderas, ni países, sólo sabe de irracionalidad, egoísmo y odios.

Por cada niño o mujer muertos en la guerra que aparezcan en nuestras cómodas televisiones o nuestros modernos medios de comunicación, mil imágenes, documentales, noticiarios, películas, dibujos animados, anuncios... se emitirán para “demostrarnos” y hacernos “razonar” de que nadie los mató, que ellos solos se murieron.

El silencio es tan responsable del crimen como la acción cuando su presencia es tan absoluta como se manifiesta continuamente. Tal vez sea el silencio del hastío, tal vez el de la impotencia. Pero, sea lo uno o la otra, el silencio es lo mismo de inútil. Mientras haya voz habrá que gritar: gritar aunque sea en el desierto, gritar hasta que uno reviente, gritar hasta la muerte. Porque no se puede vivir con miedo, y tampoco se puede vivir en silencio.

Publicado por Francisco J. Segovia -Granada-

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