jueves, 8 de marzo de 2012

UN ABUELO INDIGNADO, ¡PARDIEZ! COMO HAY CIEN

A la mierda con los cánones que se dictan e imponen
desde el implacable atrio, en el que se arropan y creen
los que, sin más luz que la de su propio entender,
dictan las normas en clave social, lo que otros debemos
bajo pena de repudio y como dogma de fe
seguir ciegos, sordos y mudos los mandatos y amén.

De hijo a padre en un plis, aún sin haber crecido, me coroné
lo mismo que, sin saber cómo, en abuelo me titulé
por feliz acontecimiento, de otros, mal trato me encontré
ya que sabiendo lo que sé, sigo sin del todo comprender
porqué, el ser padre obliga y, a lo visto, ser abuelo, también.

Anormal sentimiento, claro, es fácil de decir
si en lugar de vida propia, de sueños a construir
clamáis , listillos del mundo, la vileza de este ser
que, además de enjuiciado por ajenos pide, sin fingir,
oh, en aspiración egoísta, rastrera y vil, exigir
que los hijos de otro, ese otro, les cuide por fin.

Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS

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