lunes, 5 de marzo de 2012

TALLER LITERARIO

NOVENO TRABAJO SEMANAL

EL DESIERTO Y SU INMENSIDAD

Hay muchos en nuestro planeta, en todos los continentes. Vida en ello casi ninguna.
Cuando sopla el viento fuerte las tribus que viven en ellos lo pasan muy mal.
Las aves y los animales se desorientan y algunas aves se pierden en el mar.
El polvo se eleva en la atmósfera llegando a mucha distancia y cada día los desiertos son más grandes.
Un día algunos fueron vergeles o tal vez todos no lo sé con la tecnología que tenemos si usáramos una pequeña parte de ellos tendríamos energía para todo el mundo.
Hay algunos con muchos minerales como fosfato, crudo, etc…
El agua escasea, y en algunos no hay casi ninguna.
Si no les plantamos batalla al calentamiento que está sufriendo la Tierra un día no muy lejano será un desierto. Que el hombre se atenga a sus consecuencias.
Yo no quisiera dejarle este legado a mis descendientes pero se me escapa el agua de las manos.

ANTONIO BASALLOTE

DESIERTO

No había nada
Sólo infinitos granos de arena,
decorando el paisaje,
El viento mecía la arena,
e ínfimas motas salpicaban el aire.
El sol lo cubría todo
y la sensación de sed
se hacía más acuciante.
El olvido impregnaba cada duna,
Y una sensación de soledad
Lo llenaba todo.
Con la gélida noche llegó el frío,
y los huesos comenzaron a crujir
mientras tiritaban sin control.
En el negro de la noche
aparecieron las estrellas,
y con ellas la certeza
de no estar solos.

VIRTUDES ROLDÁN

DESIERTO

Antes de conocerte mi vida
era un desierto.
Me diste de beber con el
oasis de tus besos.
Con tu amor renací de las
arenas movedizas a las
que me llevó este infierno.
Tus huellas recorrieron
con suaves caricias las dunas
de mi cuerpo
Rasaste con las ventiscas
que asolaban mi desierto.
Ya no queda en él ni
tristezas, ni soledades,
ni miedos: porque
construiste a su alrededor
fortalezas imperiales de
ilusión que me han devuelto
a la vida y encontrado
el amor.

CARMEN PÉREZ MARTELL

EL DESIERTO

Aparece como un espejismo
el oasis en el desierto,
rielando en el sol
y el calor entre las dunas.
Palmeras y verdes colores
alivian la monotonía
de miles de hectáreas
de arena que quema, de viento y sol.
Fuera del oasis hay un mundo
quemando, destrozando
los deseos de sobrevivir
bajo el sol abrasador.
Esta vez, el oasis
no es la realidad
sino un producto
de la imaginación del viajero.

ANNE SAMPSON

EL DESIERTO

Cuando la soledad ardiente
envolvía mi cuerpo y mi mente
buscaba un lugar en el desierto
un lugar donde el frescor del agua
y la sombra de las palmeras
me devolvieran el sosiego y la calma.

Encontré un oasis en el desierto
que iluminó mi oscura existencia
que me ayudó a recuperar la sonrisa.
Un oasis de palabras con sentimientos
que fueron formando poemarios
que cubrieron el ardiente desierto
convirtiéndolo en río de agua y miel.

JOSÉ LUIS RUBIO

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