lunes, 12 de marzo de 2012

SUEÑA, PENÉLOPE, SUEÑA

Penélope teje y desteje
retales de vida:
hilo verde de esperanza,
hilo blanco de alegría,
hilo negro de muerte,
hilo marrón de agonía:
lo que de día bordan sus dedos
lo deshace la noche sombría.

Mientras teje entre miedos
sueñan sus manos vacías,
y su alma cansada de días
encuentra designios funestos.

Su Ulises amado
no regresa a Ítaca perdida,
pues cargando el dolor de su padre
tiene la fe derretida
y temiéndole al pasado
desanda pasos y mentiras.

Y en el taller de su vida
muy pocas manos amigas:
solo una nocturna voz
que le anima en su dolor
porque en sus llantos frustrados
no hay un futuro mejor.

Penélope con su rubia cabellera:
la de los azules ojos tristes,
huyendo de la flecha certera
pues entre alfileres y alpistes
no encuentra su quimera.

Sueña, Penélope, sueña…
que el amanecer de este poema
te traerá de vuelta a Ulises
para alegrar tu primavera.

Publicado por Mª DEL MAR MARCHANTEen su blog las metaforas del mar

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