Soñaba una noche, cuando reposaba
que llegaba el amor, el amor llegaba.
Experimentó mi alma un temblor alado
y también su alma convulsionó a mi lado.
Porque el hechizo de la ardiente mirada
trepó sobre el cuerpo como centellada.
Ya no divagaba, aguardaba despierta
filtraba la luz por la entornada puerta.
Desvelada y feliz, plena de esperanzas
con tímida voz entorné remembranzas.
Ahondaba el resplandor de aquella mañana
como el fulgor que hoy sus ojos desgranan.
Los cálidos lazos truncan la amargura
siento al corazón colmado de ternura.
Nace el amor por el prodigio de un sueño
por el prodigio de un sueño, eres mi dueño.
NELLY MARÍA RICCI-Argentina-
Artículo en la revista digital Teoría Ómicron
Hace 19 horas
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