Hice un ramillete,
un ramillete negro,
en el que formaron
las flores de mis recuerdos.
Cuando lo tuve formado
lo acerqué a mi pecho
y mi pecho, ya frío,
no tuvo ni un suspiro;
lo acerqué a mis labios
y mis labios, helados,
ni aún lo besaron.
Lo estrujé rabiosa
en las débiles manos
y secas y marchitas
las flores negras
del negro ramo
al suelo rodaron.
AUREA ELISA ORTIZ MASLLORENS-Villaviciosa-
DE FACEBOOK - 5730 - UN ENCUENTRO
Hace 3 horas
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