sábado, 10 de marzo de 2012

¿POR QUÉ, MÍSEROS Y PODEROSOS?

¡Mi pobre corazón se está parando
cansado de pasar vicisitudes,
sin disfrutar jamás de esas virtudes
que vive el poderoso derrochado!

...Mientra mi vista ya, se está apagando
sin gozar de las bellas gratitudes;
se derrumba mi cuerpo cual aludes,
porque ya su vigor se va acabando.

En cambio, tiene un gran presentimiento
esta alma, presagiando profecía;
viendo en su conjeturas la alegría

de haberse ya extinguido el sufrimiento,
reinando la igualdad y la armonía,
enmudeciendo al fin, este lamento...

MANUEL HILARIO IBÁÑEZ-Sanlúcar de Barrameda-

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