sábado, 10 de marzo de 2012

PENA DE MUERTE



¡Miseria humana! ¡Desprecio por la vida ajena! ¿Acaso la inteligencia es enemiga de la naturaleza? La venganza es producto del odio, y el odio es impotencia.

Sí, ¡bailad, bailad, malditos! Disfrutad viendo por televisión la ejecución del asesino de vuestros familiares y amigos. Recrearos en su agonía. Observad, con una sonrisa en vuestros labios y la saliva chorreando por sus comisuras, cómo le sujetan a la silla con correas de odio y venganza, cómo le cubren el rostro, cómo le inyectan la letal sustancia, cómo se contrae durante un breve momento y os entrega su alma... a vosotros, el diablo mundo.

¡Reíd, reíd, malditos! La venganza es un placer de dioses, la impotencia en su máxima expresión. Ahora, con el asesino muerto, podréis revolcaros en la tumba llena de estiércol en la que habéis convertido vuestra vida sin sentido, porque una vida que busca la muerte de otro no es sino una pérdida de tiempo.
No os llamaré animales, porque sería insultar al reino animal. Ni os llamaré humanidad, porque no merecéis ese nombre. Al final, creo que me dais más lástima vosotros, amigos de la venganza, que el ejecutado.

Y todavía hay algunos que abogan por la pena de muerte. ¡Miseria humana!

Francisco J. Segovia-Granada-

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