Fea Parca, avariciosa, que me acechas
con aguadaña que nunca la abandonas.
A ningún ser viviente lo perdonas
y a nadie, por su raza, lo desechas.
No te importan izquierdas ni derechas;
tu ideal insaciable, lo coronas
en el campo sagrado, al que le donas
los haces de las mieses que cosechas.
Con codicia te acercas, como hambrienta,
a veces, silenciosa y camuflada,
como astuto y experto cazador.
A pesar que tu imagen me atormenta,
cuando llegues con garra despiadada
yo quisiera abrazarte con amor.
SEBASTIÁN PALOMARES MOLINA-Segura de la Sierra-
lunes, 12 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario