sábado, 17 de marzo de 2012

MI CASA

Mi casa ha quedado sola en una calle soleada de la Habana,
lejos en aquel cielo que hoy no es azul,
gimiendo en el silencio desgarrado por el martirio.

Allí quedó tras la extensión del mar pintada en la noche.
¡Mi casa está muriendo, le falta el aire que ocupó mi lugar,
el arrullo de mis sueños inocentes,
el sol de mis amores.

Está allí, en su tierra pálida,
habitando en su patio sembrado de recuerdos,
con sus pupilas ciegas y el miedo en un rincón.

Mi aflición amanece con ella cada día,
sus tardes pueblan mi corazón y me sigue su imagen
despierta en mis ojos oprimidos.

Mi casa quedó lejos, muy lejos, separada de mi senda,
borrada de mis huellas, con una pena dormida,
dibujada en mi angustia.

¡Mi casa está vacía, su aire no tiene descanso!
¡Está allá, en la otra orilla temblando en aquel paisaje,
sin tiempo, ni color!

¡Algún día, con el viento mi cita será allí!

WILFREDO ANGUEIRA -Estado Unidos-

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