lunes, 5 de marzo de 2012

THE MACHINE

El hombre se refugió detrás de unos setos y esperó oculto entre las sombras. Era de noche y la niebla se adueñó de la ciudad. En la mano izquierda sostenía su viejo maletín de cirujano.
—¡Mierda! ¿Dónde se ha metido ese estúpido? —se preguntó en voz baja.
Aquel artilugio le iba a sacar de allí. Era una caja gigante del tamaño de un ataúd. A los lados poesía dos relojes y en un extremo, un complejo mecanismo que ralentizaba o aceleraba los días, las horas y los minutos.
Al poco rato distinguió la silueta de H. G Wells.
—Perdona la tardanza, pero en esta parte de la ciudad las aguas están revueltas. Un asesino ha matado a sangre fría y destripado a varias prostitutas.
—No te preocupes.
El hombre agarró con fuerza su maletín. En su interior: un bisturí cubierto de sangre, unas tijeras y trozos recientes de cráneo y vello púbico.
—¿A dónde has dicho que quieres viajar?

Rubén Gozalo(España)
Publicado en la revista digital Minatura 116

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