-Ingenuo cura de pueblo portugués del pasado siglo-
Perdóname maestro,
toda la culpa es mía.
Conocí el placer sexual
tan delicioso
de un amor limpio
cual tu Magdalena
en un Israel santo e impío.
Amor fugaz, no vergonzoso,
fue pantera
en mi altar humilde.
Y repito aún que la deseo
como una playa sedienta quiere arena.
Jesús perdona que me atreva
a gritarte
que de haberla conocido
la hubiera amado
en primavera.
Me besó en el atrio con ternura
y clavó en mi alma
la suya, inocente y pura
la llevé a la sacristía
hablamos
de amor
-ella sonreía-.
Y surgió en mis carnes lúbrica pantera.
La poseí con gran ternura,
perdóname señor, haber besado
una mejilla tan inocente y pura.
JOSÉ ENRIQUE PUENTE-Estados Unidos-
DE FACEBOOK - 5729 - PAPELETAS
Hace 3 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario