miércoles, 21 de marzo de 2012

LA ELECCIÓN

Se abre la puerta incandescente,
una figura encorbada surge
de las heladas llamas oscuras.

Va derecha a su destino,
nadie la detiene en su lánguido paso,
hasta el viento huye.

Bajo su túnica roída se oculta su faz,
la línea huesuda sin edad,
el umbrío de sus ojos.

Va recorriendo las calles solitarias,
en el sosiego de la madrugada,
buscando al que llevará al otro lado.

En esos instantes los perros aúllan,
presienten a la sutil sombra,
el miedo les muerde.

Sus alaridos se escuchan en la noche,
la noche fría y sola,
la noche donde alguien espía.

FRANCISCO MEDINA TROYA-Olvera-

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