jueves, 15 de marzo de 2012

FANTASÍA AL VAPOR

Retrofuturismo e historia alternativa son términos asociados con el steampunk, parece que allá por los 80's el escritor K. W. Jeter buscaba una palabra para designar sus trabajos que imitaban la estética de La máquina del tiempo de Wells, Jeter continuador en novelas del éxito cinematográfico Blade Runner (1982), inquiría ser irónico con el ciberpunk.
El escenario favorito es la época victoriana, muy bien ambientada en películas como La liga de los caballeros extraordinarios, Van Helsing y más recientemente Sherlock Holmes, el elemento característico es el uso de tecnología de avanzada (preferentemente impulsada por vapor), en un ambiente donde es visualmente extraña. Siendo al inicio un subgénero con el tiempo se ha convertido en todo un movimiento artístico, con trabajos que van más allá de la literatura.
Sus fuentes son principalmente las obras de Jules Verne y H. G. Wells, en donde podemos encontrar la máquina voladora de Robur el conquistador, los experimentos para conseguir la invisibilidad y por supuesto la máquina del tiempo; combina también elementos de horror y góticos y en muchos trabajos vemos la influencia del Frankenstein de Mary Shelley y algunas obras de Doyle y Mark Twain.
Por lo general utiliza personajes ya clásicos para desarrollar las historias, así vemos en el comic de Allan Moore al doctor Moreau, a Jekyll y Hide, Allan Quatermain, el hombre invisible e incluso la Mina Harker de Drácula.
En la televisión tenemos el antecedente visual con la serie de culto Wild, wild west (1965-1969) que nos muestra las aventuras de dos agentes del servicio secreto americano en el viejo oeste y donde nos encontramos con inventos como fonógrafos de bolsillo (no vale la pena mencionar la pésima adaptación al cine que se hizo con Will Smith).
¿Qué hubiera ocurrido si la ciencia hubiese seguido los caminos que iniciaron los famosos autómatas de Jacques de Vaucason y Pierre Jaquet Droz o las máquinas calculadoras de Pascal y Leibniz? Es precisamente de esta pregunta que parten las historias del steampunk; podríamos decir que busca recuperar el romanticismo que los avances tecnológicos y científicos han quitado a la ciencia ficción, otrora llamada literatura de anticipación. Ya quedaron muy atrás épocas en que el videófono, las estaciones espaciales o los robots eran capaces de sorprendernos, el sentido del misterio y la aventura han ido desapareciendo y es quizás en géneros como éste en que podemos intentar recuperar esa emoción que nos brindaban nuestras lecturas de la infancia.
A partir de los 70's hemos sido testigos de un formidable avance en materia de comunicaciones y tecnología, ya tenemos sistemas de tv en 3D personales, tablets como las de Star trek. Pero ese mismo avance nos ha deshumanizado, volviéndonos cínicos y distantes. En medio de crisis económicas que hacen tambalear a las grandes potencias no debemos olvidar que en principio la literatura es para entretener y hacer pensar, una obra tan imaginativa como Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift es una de las críticas más profundas sobre la sociedad y el ser humano; Allan Moore en su maravilloso comic nos muestra al doctor Moreau siendo patrocinado por el gobierno británico en el desarrollo de armas biológicas. Como ven, es mucho más que simple fantasía retro, es un gran campo de trabajo y experimentación para quienes gustamos y trabajamos en la ciencia ficción.

Ariel Carlos Delgado(Colombia)
Publicado en la revista digital Minatura 116

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