Es hora de juntar lo que nos falta
en esta unión de tiempos desunidos,
edad para abolir lazos cumplidos
(inabordable afán del pez que salta).
Es hora de acomodarnos en la alta
marea del esquife y los olvidos.
El paso de la carne entre latidos
es un nombre que siempre nos asalta.
Concédeme, señor, la incauta forma
del tiempo de la sangre, y los alisios
que propiciaron la era del verano,
y de pecar al margen de la norma.
Yo disfruto, señor, filiales vicios:
no me alejes, señor, tu áspera mano.
Del libro ¿Heredarás el reino...? de RUBÉN FAÍLDE BRAÑA-Cuba-
DE FACEBOOK - 5727 - MERECIDO TRIUNFO
Hace 13 horas
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