¡Padre! el dolor atraviesa mis entrañas
cual sentimiento cruel por pérdida de amada
mas, en mi descargo, ni amé, ni amando ando.
¡Hijo! primogénito de mi orgullo,
garante de códigos y apellido
ciego estoy ante tu desventura y sino
oro y orando te encomiendo y guío.
Memeces y atiende, dijo la madre que lo parió,
ni desamor, ni deshonra, ni pastoral baldío, gritó
encorva y empuja dando salida en tromba
a lo que en tierra de siembra siempre abona.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
viernes, 9 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario