Lo que tuve y no tuve. Nadie es dueño
de nada en este mundo tan complejo.
Uno advierte de joven que ya es viejo.
Sospecha uno de viejo otro diseño.
Donde estuve no estando y ahora sueño.
Batalla del vivir en sed de espejo.
Lo que siendo tan albo era bermejo
y lo grande, en el fondo, tan pequeño.
La realidad...¿quién sabe nada de ella?
Todo flota en su propia fantasía
porque todo, sin duda, es innombrable.
No hay elección. La túnica o la huella
saben, igual que tú, que cada día
trae consigo su noche irremediable.
JUAN CERVERA SANCHIS-México-
jueves, 22 de marzo de 2012
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