lunes, 19 de diciembre de 2011

ARTÍCULO

La aventura de escribir Poesía y Narrativa, bosquejo de ideas.

Por Sergio García Soriano. España

Estás páginas intentarán ser un revulsivo para que el lector plasme en la
página en blanco. El trabajo del escritor es producir tesoros con las palabras
que nacen de su pluma.
-¿Desde dónde escribe el poeta? ¿Desde el centro de la cuestión?-
O rodeando una temática para hablar de otra cosa. La Poesía (no) me
alcanzará, soy lo imposible.
¿Escribiré en primera o en tercer persona?
En Vicente Aleixandre se reconoce a un escritor que tiene una idea del
mundo, del sujeto, habla del humano reflejándolo en la poesía, incluye al
sujeto.
Se podría ser descriptivo en la poesía y por lo tanto, no incluir al sujeto
dentro de la misma. Neruda VERSUS Vallejo, "La huelga versus Los parados".
Me parece que la primera o la tercera persona va a depender del poema,
no es mejor un poema en tercera, segunda o primera.
- ¿Se podría pensar qué es la primera persona la que expresa mejor “Los
manantiales del alma”?-
No necesariamente, hay veces que lo inexpresable necesita de otras
“personas” para ver la luz o ver “la página”.
A diferencia de lo que se cree, los sentimientos deben permanecer en el
armario a la hora de escribir. Es la literatura la que escribe en mí, si dejo
llevarme por los sentimientos fulmino el poema. Igualmente, un cirujano si no
se adscribe a la cirujia y se deja llevar por los sentimientos acaba con el
paciente. No dejar llevarse por los sentimientos, no quiere decir que el poeta
sea racional, el poeta es un escritor de palabras con la sensibilidad a flor de
piel para discernir lo que las palabras quieren decirse entre sí.
Stanlinavsky, bien leído, querría decir lo mismo, no me voy a los
“sentimientos de mi infancia”, ni de ayer, me dejo construir por “la parte”, por el
papel y la circunstancia del personaje, lo escrito sobre el personaje es lo que
produce el personaje.
Incluso la enología se ha dado cuenta de esto, el vino no tiene sabores,
está mal expresado que tiene sabor un vino, tiene capa, retronasalidad, tiene
metáfora pero nunca sabor. Freud dice sobre el sentimiento que éstos son los
colores del yo, variables y descriptivos. El afecto que nos habla no es el
sentimiento sino la angustia.
-¿Y si hablásemos de novela?-
Ortega nos dice en “El concepto de Novela” “La esencia de lo novelesco
no está en lo que pasa sino precisamente en lo que no es pasar algo, en el
puro vivir, en el ser y estar de los personajes, sobretodo en su conjunto o
ambiente” Es decir, que en ocasiones cuando decimos el título de una novela o
poesía recordamos cuál si fuese una ciudad en la que hubiésemos estado, un
conjunto de historias, recuerdos, emociones…
-¡Leer es muy difícil!-
Arturo Pérez-Reverte advierte: “Escuche, Corso: Ya no hay lectores
inocentes. Ante un texto, cada uno aplica su propia perversidad. Un lector es lo
que ha leído, más el cine y la televisión que ha visto. A la información que le
proporcione el autor siempre añadiría la suya propia. Y ahí está el peligro: el
exceso de referencia puede haberle fabricado a usted un adversario
equivocado o irreal” Ampliando esta referencia novelesca podríamos decir que
uno también se construye en las conversaciones posteriores a la lectura, el
cine, teatro, clase…En otras palabras, que lo que aprendí tiene que pasar por
un filtro psíquico, incluso cuando elegí un libro, una obra de teatro ya hubo un
filtro psíquico. Luego, no todos leemos el mismo libro aunque hagamos la
lectura sobre el mismo ejemplar de la editorial; y además, nuestra elección está
marcada de antemano.

Publicado en la revista Oriflama nº 19

No hay comentarios:

Publicar un comentario