domingo, 20 de noviembre de 2011

ARTÍCULO



MARCIANO HASTA EN LA SOPA

Hay una ley, denominada “la navaja de Ockam”, que afirma que, ante cualquier problema o enigma, la solución más sencilla será la más acertada casi siempre.

Ese parece ser el principio que aplican algunos “expertos” en arqueología y cultura de las civilizaciones antiguas –preferiblemente, desaparecidas-. Así, estos “expertos”, que nunca han visitado los lugares en cuestión, o sólo han leído las revistas pseudo científicas de paranormalidad y ciencia fantástica, afirman, sin que se les caigan los anillos, que las estatuas de la isla de Pascua, las pirámides de Egipto, o los antiguos mayas, no son sino producto de civilizaciones extraterrestres.

Absurdo. Sobre todo si ponemos algunos ejemplos.

En Tihahuanaco, ciudad antiquísima, de la que se ha llegado a afirmar por parte de estos “especialistas” que tiene millones de años de antigüedad, se ha dicho que fue construida y habitada por gigantes. Una de sus puertas es denominada “Puerta del Sol”. Bien: a través de dicha “puerta” de una ciudad de gigantes, apenas cabe un occidental europeo normal. En otras palabras: la puerta se adapta perfectamente a las dimensiones de un indio de la zona, pero no de un hombre blanco medio y, mucho menos, de un gigante.

Otro más, para terminar, por ahora. Se afirma que era imposible con los medios de la época transportar bloques de dos toneladas de peso por el Nilo para construir las pirámides, que hacían falta medios técnicos desconocidos hasta ahora. Evidentemente no leer los nuevos descubrimientos arqueológicos implica meter la pata hasta el fondo en estas cuestiones. Hasta el momento se han descubierto restos de embarcaciones egipcias de la época piramidal de más de 50 metros de eslora, capaces, según los últimos cálculos, de transportar piedras de ese peso y superior.

En fin, mientras sea más fácil imaginar que leer los estudios –hay que confesar que, muchas veces, son espesos y demasiado técnicos- seguirán medrando estos “técnicos” en civilizaciones desaparecidas”.

Francisco J. Segovia-Granada-

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