miércoles, 15 de junio de 2011

POEMAS

Vida sencilla


No pido mucho

De este mundo de plástico y carbono flotante



Lo primero, que puede ser lo último porqué quizá no lo vea

Es un gran alzamiento

Una insurrección perfumada de descontento

Y una victoria definitiva de los más sobre los menos



También pido conservar

Un par de amigos para la vejez

Y una casa en el campo donde poderlos recibir



No enfermar gravemente ni morir sin haber visto

Las montañas magnéticas e improbables del sur

El rio sagrado que se alimenta del sudor de uno de los pies

Del dios Vishnú

Las selvas húmedas y hambrientas del rio de la gran serpiente

Un par de picos nevados antes de que se derritan

Y una gran ciudad desde donde el poeta grito a Roma

Y los vagabundos de la bohemia cambiaron la cultura para siempre



Por lo demás

No exijo sino una modesta biblioteca, una buena colección de cine

Y un paisaje amplio al cual mirar cada mañana tomando un té apacible

Apacible igual que la niebla



Como no pensar en una mujer a quien besar en la frente antes de dormir



El resto se lo regalo al demiurgo

Seré su barca con puerto fijo pero sin mapa mi brújula



No sé si morir en el sueño sea

ya por último

una petición poco sencilla.



La imaginación al poder.


Crispémosle la piel a la historia

A la vida

Hagámosle sentir mariposas en el estomago

Enamoremos multitudes

Tomémonos el cielo por asalto

Atrapemos por fin la utopía en un mural

Para que deje de escaparse en cada nuevo horizonte

En cada nuevo amanecer

Amanezcamos con el mundo, giremos más rápido que la luz

Seamos otro, seamos ellos , ángeles mercenarios, meteoritos imparables.



Dulce pena


Cuando la pena toque tu ventana

Amigo de la lírica improvisada

No dudes en abrirla y darle paso



Trátala como a la más ilustre de tus comensales

Y deja que te embriague con su vino



No hagas caso de los necios optimistas

Que con palabras de ánimo intenten privarte

De los dulces marismas que el dolor

nos dibuja en la mente

y nos cava en el centro del pecho

al contrario

utiliza tus propias fuerzas

con tus manos agarra esa herida

y ábrela de par en par

hasta que crepite la carne

y déjala abierta que el vino

con su sombra de salvia la sanará



Sumérgete, saborea su deleite

pues así como la alegría

la pena también es música

la diferencia es que suena desde tórridos subterráneos

desde el lado oscuro e inhabitado de cualquier satélite



Si hay noche hay día

Y de seguro que la noche, con su peligros que acechan

trae más lecciones para los valientes que la saben encarar

y pararse sólidos ante su afrenta



Así pues amigo embriágate en tu pena

y no hagas caso a los que te inviten a sonreír

date cuenta que no es necesario el llanto

pero si la consciencia del que llora hasta el cansancio

porque sabe que solo así no tendrá más lagrimas que derramar

y quedará dormido de cansancio

para amanecer al otro día renacido, como Nicodemo,

sin necesidad de haber entrado de nuevo al vientre de su madre

o en nuestro caso, de volver a los brazos de quien ya no está.


Andrés Hdo Bodensiek A.

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