sábado, 5 de febrero de 2011

TALLER LITERARIO

RECUERDOS DE NAVIDAD

No me cuesta echar mano a la memoria por ahora.
Recuerdo bastante bien desde mitad de la década del cincuenta a la mitad del sesenta, entonces yo era un niño.
Mi madre sabía cantar villancicos y lo hacía bastante bien.
Cuando se aproximaba la Navidad mi padre regresaba de la mar después de haber estado casi un mes pescando en Barbate.
Siempre me gustó la Navidad, es una fiesta alegre donde se reúnen las familias.
Me gustaban con delirio por aquel tiempo las tortas y buñuelos que hacía mi madre. Como aquellas tortas y buñuelos no las he vuelto a comer jamás. Tal vez lo hacía que yo era un niño o el hambre que había por aquella época.
Todo con el tiempo cambia, hoy se hace de otra forma.
Lo más bonito de estas fiestas, para mí, es la ilusión de los niños esperando los juguetes encargados a los Reyes Magos. Ese día los niños disfrutan de lo lindo.

ANTONIO BASALLOTE

VILLANCICO 2010

Niño,
Niño chico,
la razón
de celebrar.

Año,
cada año,
celebramos
su nacimiento.

Fiesta,
siempre fiesta,
comemos
demasiado.

Familia,
toda fiesta,
gritamos
felicidades.

Cada año comemos juntos
la mesa llena de comida
llega el amigo invisible
con regalos de cada uno.
Bebimos, reímos, gritamos
abuelos, padres, hijos, nietos
disfrutamos la ocasión
pero ¿hay pensamientos de niño?
Niño,
Niño chico,
la razón
de celebrar.

ANNE SAMPSON

CUENTO DE NAVIDAD

Como cada año Juanito iba a montar su Belén en el salón de su casa. Con su madre salió a comprar algunas figuras para una ampliación que se le había ocurrido. Quería montar un molino en la parte alta del Belén. Necesitaba el molino, el molinero y algún campesino con su burro y sus sacos de trigo. Lo encontró todo con facilidad. Ya podía empezar el montaje.
Juanito no gozaba de la simpatía de sus compañeros de estudio. Era un chico muy agresivo que siempre gastaba bromas pesadas y violentas. Todos le rehuían y nadie se sentaba a su lado. A sus fiestas sólo acudían dos o tres compañeros sabiendo que terminarían con algún cardenal.
El domingo Juanito empezó a montar su Belén. Poco a poco quedó en su sitio. Sólo faltaban las luces y que fluyera el agua del río. De eso se encargaba su padre. Sobre el misterio colocó un cartel que decía “Paz y Amor”. Se fue a la cama muy satisfecho. No tardó en dormirse profundamente.
Miraba complacido su magnífica obra. Este año se había superado. De pronto creyó ver que algunas figuras se movían. El ángel cogió el cartel que adornaba el portal y lo arrojó al río. Las palabras al contacto con el agua desaparecieron y sobre el cartel se escribió “Mentiroso”. La lavandera recogió el cartel y se lo entregó al ángel. Éste lo colocó en el lugar más visible del Belén. Luego hizo una señal a José que se acercó a Juanito que dio un paso atrás.

- No temas Juanito. Sólo quiero decirte que el niño que yace en la cuna es todo amor y que no está nada orgulloso de ti. Tú no practicas el amor entre tus semejantes más bien todo lo contrario: peleas, odia. Y él llora por ti y deseas que cambies tu senda y llegues a la suya y derrames entre los que te rodean todo tu amor que es mucho.

Dicho esto José retrocedió y ocupó su lugar junto a María y Jesús. Juanito creyó que Jesús sonreía.
Al despertar por la mañana fue a ver el portal. El cartel se había caído al río y las letras se habían borrado. Lo sacó del agua. Tendría que hacer otro nuevo.
Aquel día Juanito no se peleó con nadie y trató de sonreír a sus compañeros y familiares. Comprobó que lo aceptaban en los corrillos y le permitían intervenir en las charlas. Incluso aceptaron algunas de sus propuestas.
Juanito comprobó que una sonrisa alegra a quienes están con nosotros y ayuda a hacer amistades.

JOSÉ LUIS RUBIO

NAVIDAD

En el cielo una estrella brillaba.
Con asombro todos la miraban
y su estela a todos guiaba.
En un pesebre se detuvo y
su brillo más intenso nos
mostró; pues el Niño Dios
había nacido y por eso nos guió.
¡Qué bella estampa Dios mío!
A nacido el Salvador que
nos traerá la Paz y el Amor
al mundo.
¡Démosle la Bendición.

CARMEN PÉREZ MARTELL

NAVIDAD

Dorada Navidad
de neón y espumillón.
Blanca Navidad
de frío e incomunicación.
Navidad de risas,
sueños y comprensión.
Navidad de olvidados,
necesidad y desilusión.
Necesidad de reencuentros,
cenas y cotillón.
Navidad en la calle,
sin techo y desolación.
Navidad de chocolate y turrón.

BLANCA NAVIDAD

Navidad para soñar,
Navidad para crear,
Navidad para reír,
Navidad para llorar,
Navidad para querer,
Navidad para entregar,
Navidad para ofrecer,
Navidad para encontrar.

Virtudes Roldán

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